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lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Dónde se quedó tu para siempre?

Me fui. Me fui y no vino a por mí. Me dejo ir, me dejó marchar. Y lo más importante, me dejó huir sin él, y no le importó lo más mínimo, no hizo ni un triste amago de importarle. No vi ni una sola lágrima surcar su rostro, ni respirar entrecortadamente, ni siquiera fui capaz de ver sus ojos llorosos, y es que jamás lo estuvieron.
No le entristecía mi marcha, le traía sin cuidado perderme.
¿Dónde se quedó tu amor infinito que tantas veces me repetiste?
Tu amor era enorme, o eso me hiciste creer, pero ahora me doy cuenta de que tenía fecha de caducidad.
Y me repito una y otra vez que si tú no sufriste con mi huida, que ni intestaste detenerme, es que en ningún momento te importe lo más mínimo.
No merece la pena llorar por esto, simplemente pasó lo evidente, pero eso, mis ojos no lo entienden, y no hacen otra cosa que no sea derramar lágrimas. Y yo mientras tanto no hago otra cosa que gritar que todo fue mentira.
¿Dónde se quedaron tus besos?
Detrás de esa puerta no paso nada. Me mentiste todo este tiempo. Pero no puedo echarte ni la culpa, tú ya me avisaste, "si sales por esa puerta no nos volveremos a ver."
Pero podías a ver impedido que me fuese, me podías a ver demostrado que aún me querías.
¿Dónde se quedó tu para siempre?

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