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martes, 26 de abril de 2011

You are stupid, but you are my stupid guy.

¿No has esperado hasta altas horas de la madrugada enfrente del ordenador a que apareciera? ¿No has sentido una desesperación cuando lo veías y no te saludaba, que empezaba en la punta de tus dedos de los pies y acababa en la punta de la cabeza?
¿Nunca has sentido el frío cuando no lo veías? ¿Nunca te ha dolido, lo más mínimo el despedirte? ¿De verdad, nunca has escrito una carta jurando que se la entregarías al día siguiente, pero te acobardaste y no se la diste?
¿Me estás diciendo que nunca has sentido como tu pupila se dilataba cuando lo veías? 

La verdad es que hace unas semanas era una chica normal, pensaba en salir con sus amigos, divertirse, ayudar en casa y hacer cosas de adolescentes mientra buscaba tiempo para estudiar. Pero él llegó, hermoso, un príncipe azul, con una mirada eléctrica, que hechizaba con ese marrón intenso del cual no podías salir de ellos, esas manos perfectamente esculpidas por Dios, cuerpo que quitaba el hipo. Pero, sin saber porqué, él se enamoró de ella. Fue intenso, un amor de película, pero con la diferencia de que este era real. Le ayudó a cumplir las cosas que tenía en la lista de cosas para hacer antes de morir, le hacía reír y siempre intentaba que se divirtiera. Era perfecto, y lo mejor es que era para ella. 
Ella, esa chica con suerte, la que te esta dando ese consejo, esa soy yo.Así que no lo dudes, chica. Siempre hay uno para ti. Dios nos hace y de ahí nos separa en dos y nos pone en sitios diferentes, y nuestra misión en la vida es encontrarlo, pero nunca es imposible, quizás ha estado ahí todo este tiempo, pero hay que saber mirar. Dios aprieta pero no ahoga, así que tú príncipe te está esperando, en las calles, buscando a su otra mitad, y esa mitad eres tú, no lo olvides nunca...¿Por qué me estás diciendo que nunca has sentido como tu pupila se dilataba cuando lo veías? 

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